Buenos días para todos hoy hago la publicación, por que mañana se realiza en toda Colombia la segunda vuelta de las elecciones y para variar me toca de jurado. Como van con el mundial de futbolt, yo como aburrido, pues ningún partido ha estado interesante. camos a lo que vinimos. hoy les contare sobre la ruta de mutis. empesemos pues.
GUADUAS
Por Guaduas pasaba uno de los caminos reales
más importantes de la Colonia, el que enlazaba el puerto
de Honda con Santafé, comunicando así la costa
del Caribe con el altiplano cundiboyacense, en ese
entonces conocido como El Reino. Este camino,
que atravesaba de occidente a oriente el valle que
los españoles denominaron inicialmente “despoblado”,
convirtió a la población española allí establecida
en punto central para el desarrollo de la región.
Guaduas fue fundada formalmente como la villa de
San Miguel de Guaduas el 27 de diciembre de 1644,
por el Capitán Francisco Pérez Guzmán, quien fue
nombrado primer alcalde del lugar.
Luego de su fundación, las
actividades comerciales, fondas,
lugares de cambio y reposo
para los cientos de decenas de
mulas y otros animales de carga
que eran utilizados para el
transporte de mercancías y personas.
Esta empresa, aprobada en 1783 por el Virrey
Caballero y Góngora, fue liderada por el gaditano
José Celestino Mutis. En Guaduas se ubicó uno de
los centros de experimentación más importantes de
la expedición. Allí se examinó con semillas traídas
de las Antillas la adaptabilidad del Níspero a las condiciones
climatológicas y topográficas de la región.
Francisco Javier Matiz, nacido en esta población en
1763, fue uno de los pintores más importantes que
tuvo esta campaña.
Los pensamientos de libertad que desde 1810
recorrieron el país no fueron ajenos a Guaduas,
población que apoya estos ideales de la mano de
Policarpa Salavarrieta.
En 1833 se abrieron las primeras escuelas públicas;
cuatro años más tarde se fundó el hospital local
se desarrolló la navegación a vapor por el río
Magdalena. Otros personajes de gran importancia
para el país, nacidos en esta población durante el siglo
XIX, nos dicen que Guaduas fue un centro de cultura
y debate político, además de su importante actividad
productiva y comercial.
HONDA
Inició como una aldea, pues su existenciadependió deser el puerto de laciudad de Mariquita.
En 1560, Francisco
Núñez Pedroso,
dio forma a este
emplazamiento que
como embarcadero daba salida de la producción
minera que iniciaba en esta región hacia España.
Muchas décadas después, y debido a la importancia
que cobró la aldea como puerto y nudo de comunicaciones
entre Mompóx y el Alto Magdalena, y
entre las provincias de Antioquia y Santafé, el 11 de
marzo de 1643, fue erigida en villa con el nombre
de San Bartolomé de Honda.
Por su posición como cruce de caminos y el carácter
de puerto interno del Nuevo Reino de Granada
por el Rio Magdalena, Honda cobró importancia
rápidamente. La presencia de los mercaderes, los
depósitos, las tiendas, las oficinas reales de control,
las fondas y hospedajes y el gran número de
forasteros por sus calles, influyeron en su particular
arquitectura y fisonomía dentro del conjunto de las
poblaciones colombianas.
A partir de 1776, Honda fue declarada como
el lugar donde se establecería la casa para la administración
del estanco de tabaco en esta zona
del país y el monopolio
para su
distribución en
toda la región del
centro de la actual
Colombia. De esta
época es, también,
la influencia de la
Expedición Botánica en el territorio controlado
por la villa. José Celestino Mutis, cabeza de esta
campaña científica, no solo utilizó el puerto para
remitir sus hallazgos, sino que semanalmente el
científico enviaba a sus herbolarios desde Mariquita
en busca de algunas plantas, las que para su
examen e identificación eran llevadas al laboratorio
donde el Sabio tenía su sitio de estudio.
Un terremoto en 1805 y las guerras de Independencia
afectaron a la mayoría de la población dejándola
en un penoso período de decadencia. A mediados
del siglo XIX, la
navegación a vapor
por el río Magdalena,
la renovada explotación
del Tabaco y la
reactivación de los
circuitos económicos
interregionales,
hicieron que Honda
fuera próspera de nuevo. A esto contribuyó la construcción
y puesta en funcionamiento del Ferrocarril
de La Dorada, y su posterior extensión hasta Ibagué.
También, la carretera que comunica los puertos del
Caribe con Bogotá y a esta capital con Medellín, entrado
el siglo XX, lo que la convirtió en un nudo de
comunicaciones y activo centro comercial, además
de la actividad agrícola y turística que dan razón de
la bonanza de esta población.
Honda tiene hoy un capital de gran valor. Su
centro histórico, el Puente Navarro y su Plaza de
Mercado fueron declarados patrimonio histórico
de la Nación. Hoy, transitar por las calles de Las
Trampas o del Retiro, por la iglesia del Rosario en
el barrio alto, cruzar el Magdalena por el Puente
Navarro o recorrer el Museo del Río, es hacer un
maravilloso viaje al pasado.
Honda
MARIQUITA
Mariquita se encuentra hoy a unos quince kilómetros
del emplazamiento original de la población.
El 8 de enero de 1853 fue trasladada del sitio
original, conocido como La Parroquia, en el que
Francisco Núñez Pedroso había fundado en agosto
de 1551 a San Sebastián de Mariquita. Estas
eran tierras del cacique Marqueta que llamaron la
atención de los españoles por su
riqueza en minas de sal, oro y plata,
las que permitieron que desde
el inicio la población fuera fundada
con carácter de ciudad.
Fue sitio de residencia del
fundador de Bogotá. A Gonzalo
Jiménez de Quesada se le encomendó
en 1574 la pacificación de
los indios Gualíes, razón por la
cual se trasladó a Mariquita en 1577, donde residió
hasta su muerte el 16 de febrero de 1579. Allí
fue enterrado en la iglesia parroquial, de donde
sería trasladado poco después a la iglesia catedral
de Santafé (Bogotá).
La consolidación de esta población como ciudad
fue lenta y no dio lugar a un gran desarrollo
urbano porque ató su suerte a la
minería, la que inicialmente se
mostró como fuente de riquezas
incalculables. El auge en
esta materia realmente se vivió
en los decenios finales del siglo
XVI e inicios del XVII, y
tuvo una segunda oportunidad
durante un corto tiempo en el
siglo XVIII, pero la explotación
de las minas de oro y plata
presentó problemas técnicos y de mano de obra.
Honda terminó tomando la importancia que tenía
Mariquita, aunque esta población conservó el título
de ciudad hasta el final de la época colonial.
Mariquita se distinguió por ser la sede de la
Expedición Botánica durante las décadas finales
del siglo XVIII. José Celestino Mutis inició sus
actividades científicas en la zona minera de Pamplona,
en Santander, y luego se trasladó, hacia
1770, a las minas del Sapo, ya en la región del
norte del Tolima. El virrey Caballero y Góngora,
conocedor de los estudios que realizaba Mutis,
así como del interés de la corona
por emprender expediciones
científicas en sus territorios, dio
acogida a la idea del gaditano
de organizar una de estas expediciones
en zonas centrales del
territorio del virreinato y tramitó
ante las autoridades españolas el
permiso, que finalmente se obtuvo
en 1783. Mariquita fue el
lugar donde se estableció la primera fase de esta
expedición.
Allí se fundó la primera casa de la expedición,
la que funcionó como centro de acopio y laboratorio.
El bosque, en las afueras de la población,
se convirtió en lugar privilegiado de observación
de los botánicos de esta empresa científica. Igualmente,
de Mariquita partieron
herbolarios, zoólogos y otros
científicos hacia otros lugares
de la región, todos con el propósito
de conocer especies nuevas
y de valor comercial para
la corona. En ese sentido, estas
actividades científicas estuvieron
asociadas a la necesidad
que tenía la corona de allegar
mayores riquezas de sus colonias,
asunto al que no fue ajeno Mutis: encontrar
soluciones a los problemas técnicos de la minería,
mejorar la explotación de los bosques quineros
o experimentar con plantas que se estimaban de
valor comercial o medicinal, como el canelo o el
Mariquita
AMBALEMA
Conocida en épocas coloniales como Santa
Lucía de Ambalema, su origen se remonta a la
decisión del visitador Lesmes Espinoza de poblar
a todos los indios de la región en un llano grande,
ya que se encontraba en el lugar del paso del Río
Magdalena. En efecto, el 15 de agosto de 1627,
este visitador les ordenó a los indios encomendados
a Tomás de Bocanegra reducirse a población
en el lugar mencionado que para la época contaba
ya con una pequeña iglesia de techo de paja. Un
poco más de 500 indios formaron
la población inicial de
este pueblo que quedó bajo el
control de Pedro de Cardona.
Sus tierras de resguardo,
otras dadas en propiedad y las
actividades relacionadas con
la boga por el Río Magdalena
y el servicio a las minas, concentraron
las actividades durante
los primeros dos siglos
de su existencia. La presencia de negros esclavos
y de españoles facilitó el mestizaje temprano en
esta región. De esta manera, Ambalema, inicialmente
pueblo de La Corona, terminó convertida
a finales del siglo XVIII en una viceparroquia de
libres.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, Ambalema
adquirió una gran importancia a nivel agrícola
debido a la introducción de políticas económicas
que regularon la producción del tabaco en el
Virreinato de la Nueva Granada. La decisión de las
autoridades españolas de regular la producción y
circulación de productos como el tabaco y el aguardiente,
mediante el establecimiento de estancos,
perjudicó algunas regiones y benefició a otras. Respecto
del Tabaco, Ambalema fue beneficiada, de
allí su prosperidad durante los decenios finales de
la época colonial. Otras regiones del sur del actual
departamento de Santander se
vieron perjudicadas, fenómeno
que motivó la conocida Revolución
de Los Comuneros en 1781.
Por esos años está en Ambalema
la presencia de la Expedición
Botánica. Allí, entre otras actividades,
José Celestino Mutis
recolectó importantes muestras
de Quina, corteza muy preciada
no solo por su importancia medicinal
sino por su valor comercial.
Luego de los años difíciles de la Independencia
y del incendio del 17 de septiembre de 1825,
que destruyó casi por completo la antigua población,
su reedificación en un lugar un poco más
cercano a las factorías de tabaco y la reactivación
del comercio de exportación con
la navegación a vapor por el Río
Magdalena, llevaron a que la
producción y comercialización
de la hoja de tabaco se convirtiera
en la razón de la prosperidad
del municipio. Este auge
llegó a su final hacia el año de
1870, lo que significó para esta
región el ingreso a un letargo que
se mantendría hasta entrado el siglo XX.
Hoy en día, Ambalema es una región donde la
agricultura de carácter comercial condiciona su
prosperidad y bienestar. La producción de algodón,
arroz y sorgo es su principal actividad, que
se complementa con la pesca y la explotación de
árboles frutales.
Declarada Monumento Histórico
Nacional mediante el decreto
776 del 2 de abril de 1980,
Ambalema es hoy un lugar de
especial valor para los visitantes,
no solo por el patrimonio arquitectónico
que alberga, sino por
el aire que al poblado le dan las
cientos de columnas que sostienen
el techo que cubre los corredores
externos de las viviendas, testigos de una
arquitectura vernácula que se conserva en muy
buen estado. La iglesia antigua, la Casa Inglesa,
la factoría La Patria, la Casona, la estación del
ferrocarril y el puente de calicanto, entre otros lugares,
son igulamente testimonio de su pasado.
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