domingo, 2 de mayo de 2010

MESSIA DE LA ZERDA

Solís le entregó el mando a Messia de la Zerda, como vimos. Una cosa muy buena hizo éste, sin saber la importancia que iba a tener más tarde , fue haberse traído de Cádiz a un muchacho que acababa de terminar sus estudios de medicina, que se llamba José Celestino Mutis.
Se lo trajo como médico de cabecera, pero ése a más de médico era un gallo muy alentado pa todas las ciencias de ese tiempo, y no más llegó se metió al colegio del Rosario, de profesor -o de docente, como dicen ahora estos pendejos- a enseñarle a estos muchachos de aquí un poco de ciencias que ni siguiera habian oido mentar: astronomía, matemáticas, botánica, en fin. Pero lo más importante fue lo que hizo después con otro virrey: la Expedición Botánica.
No hablemos de eso todavía. Por el momento les cuento que a Messia de la Zerda le tocó cumplir un encargo pesado- tenaz-, como decimos ahora; un encargo que le hizo el rey , que era Carlos III: echar a los jesuitas del Nuevo Reino, sin hacer mucho escandalo, pa que la gente no se alborotara. Y así lo hizo el virrey, y una noche salieron de Santa Fe al escondido, y de Popayan , y de otras partes, y no quedó ni uno pa que contara el cuento. Esos curas siempre tenían un poco de colegios y de misiones, pero quién sabe qué tendría el rey contra ellos, y el virrey Messía no hizo sinó obedecerle.

Después de Messía de la Zerda, vino don Manuel Guirior, y ése más que todo se puso fue a arreglar cuestiones de rentas y de economía y de esas aburridoras que les encantan a los historiadores. Pero tambien se preocupó por la educación, que estaba en pañales, y el único que le estaba poniendo bolas era Mutis.

A los tres años le entregó Guirior el virreynato a Manuel Antonio Flórez. Este también se preocupó por la educación, y trajó la primera imprenta pública, y en tiempo de él se abrió la biblioteca Nacional, que empezó con los libros que les habian quitado a los jesuitas, que eran unos cuatro mil.
A Flórez fue al que le tocó la famosa pelotera de los comuneros. Todo empezó así: resulta que en ese tiempo estaba España en guerra con Inglaterra, por que esos sí eran los que no salían de una guerra. Pero ésta si lo cogió sin cinco, y en vista de eso relvieron mandar pa acá como Regente Visitador a Juan Francisco Gutierez de Piñeres, pa que hiciera rendir hasta la última gota los impuestos que llamaban de alcabala y de Armada de Barlovento. Al mismo tiempo le dieron la orden al virrey que saliera pa Cartagena, a cuidarla, no fuera que le hecharan mano los ingleses, que le tenían mucha gana.
Ustedes me perdonarán que me ponga a contarles estos enredos tan cansones, pero es que siempre es bueno que los conozcan, pa que entiendan lo que se sigue. Esa es una de arena: después vendrán otras de cal. Pero yo se los advertí.

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